Presencia

Nada la había preparado para la posesividad, que mostraban el par de ojos cafés que la recorrían de la a cabeza a los pies desde las puertas del salón.

El era implacable en cuanto a lo que consideraba suyo, se lo había demostrado en más de una ocasión, su postura y la tensión de su cuerpo demostraban a todos los presentes que ella era suya, no importaba lo que pensaran.
Sintió sus piernas y muchas partes de su cuerpo temblar cuando sus ojos traidores se posaron en esos labios que tanto placer le habían proporcionado en el pasado y que ahora se elevaban en una sonrisa de medio lado, conocedora de sus más impropios recuerdos. Sus  traidores ojos recorrieron muy lentamente ese rostro que tantas veces estuvo presente ya sea en sus sueños o en sus lujuriosas fantasías solitarias.
Había rezado, rogado, maldecido y pedido encontrarle una vez más en el futuro, no pensó que sus plegarias fueran escuchadas meses después, pues parecía haber sucedió en un distante pasado… aun no estaba preparada para verle, había tanto que decir.
Su corazón martillaba de manera incontrolada dentro de su pecho, tantos sentimientos contradictorios en conflicto dolor, alegría, miedo, incertidumbre. 

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