Un Pequeño Proyecto

Lamentablemente todavía no tiene nombre.....


Jane no estaba segura si el pequeño montón de mierda escalofriante surrealista estaba pasando en realidad, sus ojos, cerebro o llámeselo de cualquier manera la absurda, alucinación o intoxicación por cualquier vapor toxico que inhalo en las estúpidas sesiones de relajación, también podría ser algún alucinógeno en la comida o alguna teoría estrafalaria pero coherente que pudiera explicar la simplemente escena que tenía lugar a pocos metros de ella.

No era para nada la forma habitual que cual cualquiera esperaría sobreponerse a un corazón roto, pero demonios, que chica en su sano juicio esperaría que como parte de su retiro espiritual en la profundidad de los bosques, que por los momentos no podía recordar el nombre de donde se encontraba. No esperarías que arriesgaras tu vida. Por algún momento intranscendental.

Solo se había alejado del campamento base para respirar un poco de aire de verdad, ciertamente la gente loca no… bueno tampoco es que haya conocido a tantos admitió Jane, pero no entraba en sus planes asistir a un cursos absurdos, con nombres todavía más estrafalarios como “Conoce a tu alma gemela”, “El Amor entre Elfos y Humanas”, “Eres una princesa Guerrera” y otros tantos absurdas charlas, conferencias, talleres, retiros desnudistas. No estaba muy segura de porque se había dejado convencer para algo tan absurdo.

Ciertamente Rachel era mas de esa onda hippie que ella, pero bueno una semana de relajación y sin ciertos aparatos electrónicos bien merecía un poco de trastorno regular, después de todo podía desahogar su frustración en ciertas sesiones psicológicas que semanalmente estaba saliendo cada vez más holgado bolsillo.

Miro hacia un lado y luego hacia el otro, tenía que encontrar una vía de escape rápida, sin que los como quiera como se llamasen, los que se enfrentaban en esa batalla, se dieran cuenta que ella llevaba cierto tiempo observándolos, después de todo en las únicas ocasiones en que podias ver peleas con espadas, escudos, flechas volando por todas las direcciones posibles, era en alguna película o documental, su cordura regreso de cierta forma la cordura cuando un pedazo de lo que sea callo exactamente a sus pies, manando sangre y cierto hedor a podrido, que hizo a su estomago revolverse y casi llorar de los extraños gases, comprendiendo así que esos hombres y criaturas realmente increíbles, no pertenecían a ningún grupo de frikis vestidos para luchas imaginarias. Pero por ahí no había señal alguna de cámaras u hombres que manejaran a las extrañas marionetas que podrían ser las criaturas.

Debía admitir que se estaba comportando realmente bien, no había gritado como una de esas criaturas que presagiaban la muerte o algo por el estilo, no Jane Charlotte Rochester estaba muda a causa del miedo que la calaba hasta los huesos y templando como su gelatina de uva favorita. Era realmente asombroso que se mantuviera en completo control de sus sentidos después de todo ella no era una de esas chicas valientes que avanzan hacia la aventura, o por otro lado las tontas de que cuando se dan cuenta del peligro inminente gritan como locas para salir inmediatamente corriendo como alma que lleva el diablo solo para asegurarse de morir primero. No ella pertenecía a un pequeño grupo de las cobardes, esas que tratando de parecer lo mas desapercibidas posibles, no fuera a hacer la mala suerte que cualquiera de esas criaturas horribles pensara en la genial idea que ella sería un rico bocado.