Hola!!!

Bueno después de un tiempo ausente vuelvo a retomar las historias,, así que tenganme algo de paciencia jajajajajjaa,,,, 


espero que les guste, este nuevo capitulo y gracias por sus palabras....


Florcita

Su Deseo De Amor - Capitulo 2 Primera Parte

Los baúles conteniendo la ropa que había heredada habían llegado exactamente esa mañana, aunque había hablado con el abogado los últimos dos días todavía había muchas cosas que debían arreglarse y tardaría un poco más de tiempo, también consulto con ella si la ropa había sido de su agrada.
Claro que lo habían sido, pero eran 3 baúles  llenos de ropa por increíble que pudiera parecerle esas prendas le quedaban como guantes, le hacían parecer más esbelta, habían zapatillas, botines, medias, ligas, combinaciones, ropa de diversos estilos, vestidos de noche, trajes de montar, capas, guantes, horquillas, lazos. Tantos colores, tantos tipos diferentes de tela.
Pero lo que a ella le gusto fue uno confeccionado en satén color burdeos, el escote no era amplio pero si esa delicado con un fajín justo debajo de los senos, con una capa haciendo juego y ese decidió debía usar. Saco las joyas que pensó que deberían combinar con el vestido pero solo eligió un collar escalonado con un rubí pequeño en el medio, unos pendientes y una esclava a juego. Le parecía bien que el joyero quedara acomodado en el baúl. Coloco todo sobre la cama todo lo que debía servirle.
Llego la hora de prepararse para el baile, había tomado una ducha, se puso la camisola, y lo que supuso seria la ropa interior, arreglo su pelo con las horquillas en un moño alto, dejando que algunos mechones cayeran flojos por su espalda, y frente.  Era una suerte que acostumbrara a dejarse crecer el cabello y fuera ondulado no necesitaba pinzas para hacer sus rizos.
Miro la carta de su tía, no pensó solo la tomo y la metió en el bolsito que colgaba de su mano.
Salió del dormitorio hacia las escaleras la señora Adele le esperaba en el vestíbulo, al verla sonrió y mostro su aprobación por la elección del vestido.
Una sorpresa más le espera en la puerta de la casa, se quedo sorprenda con el  magnífico carruaje que la llevaría al baile, pintado de color negro con toques de dorado. Los caballos negros parecían gemelos idénticos, pues al frente de sus cabezas había una mancha blanca exactamente igual.
El cochero le pareció familiar pero su mirada se dirigió nuevamente a su transporte para esa noche, estaba en un sueño con ese hermoso carruaje para su uso. Se despidió de la señora Adele, y con al ayudad del cochero subió al mismo.
Se sentía en el cielo por el lujo del interior, colores claros y asientos acojinados, las cortinas de un color bueno no sabría decir exactamente la luz de una lamparita apenas alumbra para observarlo todo,  el movimiento del carruaje había sido diferente del paseo que había dado en un coche abierto como en su primer viaje.
Pero algo raro ocurría, sintió de inmediato que el coche iba ganando velocidad y se movía de un lado a otro, se sintió bastante asustada y trato de agarrarse a las correas que colgaban de los lados de las ventanas, pero aun así el movimiento era demasiado brusco para permanecer en su sitio, del miedo su garganta se cerró, sus pensamientos eran cada vez mas frenéticos y si el tipo quería secuestrarla por el dinero que no tenia aun o peor aun perdería su virginidad en una violación debiera haber solucionado el dilema hacía mucho tiempo.
La lamparita se apago por el viento entrando por las ventanas,  unas sacudidas violentas sintió un dolor fuerte en la cabeza, de ahí no sintió nada más.

Alexander Templeton Duque de St. John´s cabalgaba por el sendero del St. James Park, era todavía muy  temprano para encontrar a cualquier persona por ese lado del camino, tenía muchas cosas en que pensar y no había dormido nada desde que llego el día anterior, había regreso del viaje largo por el continente. Así que cuando tuvo una oportunidad ensillo a su semental storm y partió para despejar su cabeza.
No podía borrar las imágenes de sus pesadillas constantes pero anoche fueron peores que  otras veces, sentía el olor del humo impregnado en su ropa, y el recuerdo de las llamas abrasando su cuerpo en especial en sus brazos, manos y…. Apretando más fuerte las riendas del caballo, siguió el camino sin contemplar las flores ni el constante canto de los pájaros.
Había muchos asuntos que reclamaban su completa atención, entre ellas que debía casarse y proporcionar al ducado el tan esperado heredero después de la muerte de su hermano mayor. Desde de su accidente pensó que había dejado atrás todo lo concerniente al asunto, pues Daniel había contraído matrimonio 5 meses antes del accidente que terminara con su vida y la de su esposa.
Alex no había tenido una relación seria con ninguna mujer desde hace 5 años, solo había tenido una sucesión muy pobre de amantes, cuando antes  había tenido a todas queriendo compartir su lecho. Todas habían sido unas arpías avariciosas que estaban bien detrás de su fortuna personal o el reconocimiento de haber tenido al amante más apetecible del momento. Ahora solo querían comprobar si su reputación era la de antaño.
Pero sus elucubraciones fueron interrumpidas por la risa de una mujer, eso sí le pareció extraño, desmonto a Storm y lo dejo que fuera a pastar mientras iba a investigar el sonido que había interrumpido la concentración de sus pensamientos.
Al acercarse  a un claro observo a una joven corriendo detrás de un pequeño cachorro, el animal se detenía contento por tener la atención requerida, meneando  la cola hasta que ella se acercaba y después seguía su carrera. Ella estaba divertida en su juego hasta que el aire hizo volar el sombreo que había estado sosteniendo, corrió tras el hasta que pudo darle alcance.
Era una muchacha bastante bonita, su cuerpo curvilíneo tenía las proporciones correctas, de ojos castaños, un pelo del mismo color y una piel blanca como de alabastro, su cabello suelta caía en cascadas hasta unas caderas redondeadas, tenía ganas de acercarse a ella pero sabía que en cuanto lo viera ella se intimidaría con su sola presencia.
Siguió jugando con el cachorro, a los pocos minutos llego una sirvienta y se llevo a la joven quien no parecía muy contenta de verse privada de su juego. Así que resignada llamo al cachorro y se fue detrás de la muchacha.
El observo la partida de la joven, deseando haber podido acercarse a ella. Hacía mucho que no escuchaba la risa sincera de ninguna mujer, había tenido unas locas ideas. Sería mejor volver y enfrentar las tareas que el día le tenía preparado.
Pero aun así todas las mañanas durante las siguientes dos semanas visitaba el parque para poder ver a la joven, daba gracias al cielo que ella no había notado su presencia en todo ese tiempo. Le gustaba verla correr, reírse, le hacía sentirse relajado.
Pero ella ya no regreso al parque, durante los siguientes 4 días regreso con la esperanza de verla nuevamente. Después del quinto día no regreso.
Así que regreso a su casa un poco frustrado de haber hecho el viaje para nada, en la puerta de la entrada le estaba esperando Bannes su mayordomo, hizo que uno de los lacayos se llevara  caballo, recogió su sombrero y capa. Se aclaro la garganta.
-Su Gracia el Vizconde de Sinclair lo espera en la biblioteca.
-Gracias Bannes puedes mandarnos algo de comer.
-Si su Gracia.
Pero no podía creerlo Aidan estaba en su casa, debería de haber llegado hace algunos días pues la última vez que hablaron hace algunos meses atrás el debería estar en Roma. Abrió la puerta de la biblioteca sin hacer sonido alguno.
Aidan se encontraba sentada en una de las sillas frente a la chimenea, estaba demacrado su pelo alborotado como si lo hubiera estado peinando con los dedos muy recientemente, pero aun así sus ropas estaban impecables como siempre, debió haber ido caminando después de todo su casa no estaba muy lejos de la suya.
-Vaya debe ser algo importante si te tengo aquí en mi biblioteca tan temprano en la mañana.
Su primo dio un respingo que casi hizo que se callera de la silla, el muy sinvergüenza simplemente se encogió de hombros levantándose.
-Tenía ganas de ver a un amigo de verdad. – esa fue su única explicación.
-Bueno me alegra mucho ser ese amigo tan especial para ti.
Eso consiguió que su primo despejara esa cara de mártir que había notado .
- Vine para invitarte de parte de mi madre a que nos acompañes a una pequeña reunión.
-No – su sonrisa desapareció después de observar a la única persona a parte de su tía Lauren a quien más le importaba en el mundo.
-Sabía que dirías eso – con un suspiro cansada regreso y se acomodo frente al fuego – pero aun así madre espera que asistas, sino lo hacer ella misma vendrá a sacarte de este encierro auto impuesto de monje en el que estas – le dirigió una mirada al que el solo contesto levantando las manos – esas fueron sus palabras exactas.
-Pues dile tía Lauren que no asistiré y es todo.
-Ella no estará muy complacida con eso y tú lo sabes, ni yo estoy muy contento con ir, pero ella ha estado insistiéndome con lo mismo durante una semana.
-¿una semana dices? Pero si hasta hoy me entero que regresaste.
-No me preguntes como lo hizo pero no  me ha dejado en paz por eso y me creas o no me confinado a mi habitación como un crio castigado.
Oh si lo imaginaba, por eso era que estaba demacrado. Una gran carcajada que no pudo evitar salió rápidamente. De imaginarse a un hombre de 30 años que era considerado un fantasma por salir de la habitación de una mujer sin ser visto, verse en el tratado como un niño.
-Si hubiera sido a ti no estarías con ese buen humor que te acompaña ahora.
-Lo siento, eso hubiera sido digno de verse, pero como logro tal hazaña.
-Al parecer ya había preparado la habitación para mi llegada ni siquiera mi ayuda de cámara o cualquiera de los sirvientes me ayudo a  escapar de la situación. Me dejo salir hasta que me hizo prometerle ir y llevarte con nosotros.
Unos golpes en la puerta interrumpieron las discurso que según supuro Alex se extendería por un rato mas. Con un adelante entro Bannes con una bandeja con comida suficiente para los dos y café recién hecho.
-No pensé que fueras tal débil que no soportaras estar encerrado.
-Si hubieras estado en mi posición, no deberías dar juicios, no tenía nada para entretenerme y no pude echar abajo la puerta, no sé cómo se las arreglo.
Comieron en silencio, su tía Lauren era la única hermana de su padre, ello prácticamente los crio pues la madre de Daniel y el, había muerto cuando ellos eran muchos pequeños para recordarla. Si la quería como una madre, pues su madrasta era una completa pesadilla. Su padre se caso para darles una madre pero no eligió a la mujer que pudiera hacerlo feliz a él también, era egoísta, era todo lo contrario que su tía les contaba sobre su madre.
Pero era mejor no pensar en el pasado, solo saber que tendría que verla pronto era para que le amargara la semana siguiente. Pero pensándolo mejor sería bien salir unos días para no tener que convivir con ella, la temporada estaba a punto de comenzar  vendrían Charles y Millicent para conseguir un buen matrimonio.
Debía hacer que sufriera un poco mas Aidan era un momento único del cual tenía que sacar provecho.
-Y dime porque es tan importante esta reunión – su primo sonrió sintiendo su victoria.
-Es para presentar a la sobrina de una de sus amigas, al parecer la muchacha es huérfana – pero temiendo que se fuera a negar agrego– no es un baile formal porque ella ya es un poco mayor, solo quieren presentarle a algunos candidatos adecuados.
-Y tía Lauren pensó que tú y yo lo somos.
-Si pero al menos ya estoy libre de nuevo, así que no me matara acompañarla a esa dichosa reunión.
-Supongo que no verdad.
Se levanta de donde estaba y sirvió dos vasos de whisky. Le entrego uno a Aidan y se quedo parado cerca viendo el fuego. Pensado que en todo esto debía de haber alguna trampa, no todo era tan sencillo.
-Sabes algo más que deba saber.
-Pues no mucho solo lo que me ha contado madre, dice que ella no es como las chicas de risa tonta y modales perfectos, al parecer ella viene bueno no está segura o si me lo dijo no recuerdo, estaba tan desesperado por salir que no le preste mucha atención.
-Y viniste inmediatamente para no verte encerrado de nuevo.
-Al menos que tú quieras darme refugio no veo como librarme de madre.